En
el límite entre la provincia de Tungurahua y Cotopaxi, cerca de
Salcedo, está la laguna de Yambo, que tiene sus aguas verdosas, lo
que no permite mirar más de un metro de profundidad.
Se cree también que la laguna esta encantada, allí se hundió un tren del cual nunca se halló rastro alguno ni de los pasajeros tampoco.
Se cree también que la laguna esta encantada, allí se hundió un tren del cual nunca se halló rastro alguno ni de los pasajeros tampoco.
Cuentan los moradores del sector que por la vía férrea que bordea peligrosamente las peñas sobre la laguna, corría un tren viejo, tan viejo y herrumbrado que parecía ser de color oscuro. La gente lo llamaba el tren negro.
Un
Viernes Santo mientras hacía el recorrido de la tarde desde Quito
hasta Riobamba, la locomotora tuvo que detenerse a la mitad del
trayecto. Había llovido en la provincia de Cotopaxi y un gran
derrumbe tapaba la vía. Los ferroviarios trabajaron el día entero
para despejarle y solo cuando oscureció, los pasajeros se pudieron
acomodar en los vagones y reiniciar la marcha.
El
tren negro pasó pitando por Salcedo antes de las once de la noche;
pero al llegar al sector de Yambo, donde los aguaceros habían
arrastrado gran cantidad de lodo hacia los rieles, ocurrió el
descarrilamiento con un rugido estruendoso. Los pasajeros, que
dormían fatigados, despertaron al sentir que la máquina se
precipitaba al vacío. Algunos alcanzaron a implorar a Dios por la
salvación de sus almas. Otros pidieron perdón por ofender a Cristo
al viajar en día santo.
El
tren dejó escuchar su estrepitoso silbato en medio de la noche; como
un monstruo agonizante cayó y se hundió en las aguas de la laguna
sin fondo.
Debido
a que nunca se encontró rastro alguno se cree que todos los
ocupantes perecieron.
Ellos se volvieron parte de la leyenda: cada Viernes Santo, a las doce de la noche, si uno pasa por la carretera hacia Ambato escuchará el espantoso silbato del tren negro, acompañado por los gritos de las almas condenadas que penan en el fondo de las aguas.
Ellos se volvieron parte de la leyenda: cada Viernes Santo, a las doce de la noche, si uno pasa por la carretera hacia Ambato escuchará el espantoso silbato del tren negro, acompañado por los gritos de las almas condenadas que penan en el fondo de las aguas.
muy buena leyenda
ResponderEliminarmuy buena leyenda
ResponderEliminarsi fue inpresionante
ResponderEliminarMUY BUENA GRAN TRABAJO
ResponderEliminarmmmm no se si esa sea la verdadera historia de como lorelatan aqui en este foro mi abuelito me conto pero es diferente la historia sobre de como existio la laguna y de cono sucedio la caida del tren
ResponderEliminarbuenísima esta la leyenda👍👍👏👏👏
ResponderEliminarMuy buena y suena muy creyente..
ResponderEliminarmuy buena leyenda
ResponderEliminarmuy buena yo soy de Ecuador y esa leyenda es de aqui
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